PLUMAS EN MIS BRAZOS
Abriendo los ojos por la mañana, despertando de un sueño profundo, viendo para el techo de mi habitación , por más de treinta minutos; pensando en todo lo que ha pasado, las cosas que tengo por hacer y viendo la hora.
Estoy aquí en estas cuatro paredes, sintiendo como se despide el frío de la madrugada y me anuncia el inicio de un nuevo día con un enorme sol saliendo por una esquina de mi ventana.
Mi vida ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, la he disfrutado como un bebé probando un dulce por primera vez , así como también me ha dolido fuertemente, como cuando un anciano se da cuenta que ya no puede correr como antes.
La vida me ha enseñado muchas veces con amor y mucha miel ; otras mil más me enseñado a golpes, pareciera que no soy consiente y a veces actuó como un animal.
Pero de todas he aprendido, y justamente ahora, estoy aprendiendo ha aceptar y soltar.
Creo que es una lección bastante compleja. Como ser humano me he aferrado a personas, sentimientos, situaciones y esto no me ha permitido entender, continuar, avanzar y volver a disfrutar.
Ahora que he aceptado que el pasado es eso, pasado y no se puede cambiar; pero que puedo aprender de el y cambiar mi presente para tener un mejor futuro.
Que no sirve nada culpar a los demás o culparme yo, que la culpa sólo me detiene y me mantiene donde mismo. Que es mejor aceptar que fallé, que tome malas decisiones, pero que soy un ser humano, cometo errores ; que esos errores o fallas me hacen aprender, crecer, ser más consciente, valorar más lo que tengo y sin duda me lleva a la conclusión que quiero ser mejor que ayer.
Quiero aprovechar el poco o mucho tiempo que tenga para amar a los míos, ser feliz con ellos y conmigo.
Darme cuenta que no todos los días se despiertan todos, que no todos tienen la dicha de quedarse y poder abrazarte.
Que las personas llegan a nuestra vida con una gran enseñanza, que como humanos a veces no lo vemos en el momento y nos damos cuenta hasta que ya no están.
Ahora en este tiempo me he dado cuenta que son más importantes las comidas y las pláticas en la mesa de tu casa, que en cualquier lugar; que las risas y los recuerdos no van a faltar en ese lugar, que no hay amor más grande que alguien te cocine, que lave los platos, que alguien escuche tus chistes o simplemente ver comer a los que amas.
Aceptar y soltar...
Aceptar y soltar, se lee fácil y se pronuncia igual. Pero no es algo sencillo.
Aún sigo en este camino aprendiendo a aceptar para llegar a soltar todo lo que necesite soltar hasta poder volar.
Solo se que esta mañana que desperté vi que me estaban saliendo ya algunas plumas.
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