CARTA DE DESPEDIDA, JAMAS ENTREGADA 2020
Nos amamos.
Nos adoramos.
Nos destruimos.
Nos perdimos en las drogas, en la intensidad, en el caos. Nos dimos vida y al mismo tiempo nos la quitamos. Fuimos el vicio del otro. Un amor tan feroz que terminó por devorarnos.
Te escribo desde un abismo. Con el corazón hecho trizas y el cuerpo temblando en abstinencia. Dejé las drogas el día que te dejé. Porque entendí que si no me soltaba de vos, no iba a poder salvarme.
Y aún así… te amo más de lo que alguna vez quise amar.
Te extraño con una angustia que no tiene forma, ni fondo, ni salida.
Y aunque no lo merezcas, te sigo necesitando.
Me duele profundamente que hayamos terminado así.
Que después de tanto, solo quede esta tristeza sucia entre nosotros.
Te juro que lo único que quería era hacerte feliz.
Y terminamos destruyéndonos.
Quisiera poder arrancarte de mi pecho, borrar todos los recuerdos, todo lo que huele a vos.
Me aterra pensar que no voy a volver a ver tus ojos, que no voy a despertarme a tu lado, que ya no voy a ser yo quien te saque sonrisas.
Estoy rota.
Y en pedazos te sigo amando.
Fuiste alguien tan especial… te di lo mejor de mí. Todo mi amor. Todo lo bueno que tenía, y también lo más oscuro.
Nos engañamos.
Nos perdimos en los excesos.
Vivimos rápido, como si el mundo se fuera a acabar mañana.
Nos olvidamos de lo más importante: cuidarnos.
Cuidar nuestro amor.
Pero ya no se puede más.
Esta vez es en serio.
Esta vez es para siempre.
Necesito caminar hacia adelante.
No puedo seguir esperándote.
No puedo seguir muriendo en esta historia.
Gracias.
Por lo bueno, por lo malo, por las risas y las heridas.
Aunque duela, aunque sangren los recuerdos, solo me voy a quedar con lo bueno.
El amor que sentía por vos se rompió.
Se volvió grito, se volvió silencio.
Ya no podíamos ni hablar.
Era un campo de guerra.
Y aunque me gustaría cambiar mil cosas, el pasado ya no existe.
Hoy me toca sostener las decisiones.
Y no mirar atrás.
Te amo.
Te amo con rabia, con ternura, con dolor.
Te amo tan fuerte que por eso te dejo ir.
Porque aprendí —gracias a vos, incluso con todo lo que dolió— que yo valgo.
Que merezco algo mejor que este infierno compartido.
Hoy me quedo con este amor atrapado en el pecho.
Sin querer dárselo a nadie.
Pero con la certeza de que tengo que sacarte de mi corazón.
Sanar de verdad.
Por eso te pido:
No regreses.
No me busques.
Olvidá dónde vivo, mi número, mi cara.
Empezá de nuevo.
Mejorá.
Cambiá.
Cumplí tus metas.
Hacé que todo este dolor haya servido para algo.
No quiero encontrarte en ningún lado.
Ni siquiera de lejos.
No porque te odie.
Sino porque te amo.
Y este amor necesita morir para que yo pueda vivir.
Ojalá encuentres paz.
Ojalá te llegue el amor verdadero.
Ojalá no te perdás nunca más.
Yo me voy.
No porque no te ame.
Me voy porque me amo.
Porque si seguíamos, el final iba a ser trágico.
Y yo ya no puedo seguir perdiéndome a tu lado.
Vargas, te pienso.
Te extraño.
Te amo.
Pero esta vez me elijo a mí.
Adiós.
-
Comentarios
Publicar un comentario