Mantenme despierta
Llevo tanto tiempo encerrada aquí, estoy muriendo y no quiero despedirme aun. En casa no hay nadie y guardo silencio, porque mi propio llanto me asusta.
Nunca voy a ser buena?
Estoy tan perdida queriendo ser lo que no quiero, pero creo que ha empezado a gustarme. No me digan nada más, creo que podría estar lista ahora.
Veo al cielo desde la ventana y las estrellas sangran, ellas lo saben igual que yo, nadie puede despedirse de algo que ya no esta.
Podría intentarlo una vez más, creo que aún no es suficiente. Es imposible mantenerme cerca, siempre estoy corriendo para que nadie me alcance.
Nada mejora ahora, parece que ya es hora de decir adiós.
En silencio decir todo lo que nunca dije. Las voces en mi cabeza nunca paran de hablar, me recuerdan cosas que quiero olvidar y me repiten todo el tiempo lo mismo; no quiero escucharlas más, no soy tan mala como dicen, pero ya lo estoy dudando.
No se si sigo en casa aún, esto no parece mi hogar. ¿A donde se fueron todos? Parece que aquí estamos bajo cero y no hay vida dentro de las habitaciones.
Quiero regresar a mi casa, no quiero estar aquí, ¡estoy perdida!
¿Ellos me habrán olvidado?
Tal vez no se dieron cuenta que me dejaron.
Escucho como susurros en la cocina y mi corazón late fuerte, no estoy sola como pensaba. Entro a la cocina y hay una mujer tirada en el piso, no puedo reconocerla porque tiene tierra encima, basura y muchos platos quebrados al rededor.
Trato de ayudarla y al limpiar su rostro, su mano fría toca mi mejilla y la escucho decirme "esperé tanto a que volvieras", no podía entender nada, no sabía quién era.
Ella lloraba y sus lágrimas eran negras, mientras yo la observaba pude ver que era yo la que lloraba, yo era la mujer de la cocina.
Siempre yo obligandome a quedarme y me abandone, sin querer me deje.
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