El mismo sitio

Y allí estaba yo otra vez viendo mi reflejo, viendo como la edad ha comido algunas cosas en mi, revisando cada imperfección, repasando mis defectos, otra vez hablando con la de mi mente y ella conmigo, tratando de convencernos de la verdad. Otra vez se repite todo en el mismo sitio, ese mismo donde puedo hablar con mi mente, donde me susurra Dios y el diablo también quiere opinar.

Regularmente es un hábito acercarme y verme al espejo, algunas veces amarme y sorprenderme y algunas otras criticarme y decepcionarme. Todo depende de que quiera dejar entrar hoy, si los susurros de Dios o los diablo, siempre tengo que tomar una decisión y asumir las consecuencias.

Hablar conmigo es la parte más difícil del día, porque ella siempre esta inconforme porque probablemente no me esforce como sabíamos que lo podía hacer, porque dije algo que no lo pensé muy bien, porque sin querer lastime a alguien y no me Di cuenta, pero ella todo lo ve, todo lo siente; pero es muy dura y cruda para decirme las cosas.

Y es allí donde Dios toma el control de mi, me habla claro y directo, con palabras de amor pero con autoridad, me enseña cosas de mi que aún estoy conociendo; es que quien dijo? Que tener una nueva identidad sería tan fácil, pues muchos piensan que la mayor batalla es con los que no te quieren, o tal vez con tu propia familia; para mi la mayor batalla he sido yo. Porque hay momentos que Dios cree en mi, mi familia cree en mi, mis amigos creen en mi, pero yo aún dudo un porcentaje y si pues todos lo creen, como lo voy hacer? Si soy yo la que lo tiene que ejecutar.

El mundo se encargado de ponernos en un frasco, donde no es bueno moverte porque lo puedes quebrar, donde no puedes respirar tan fuerte porque lo empañas, donde es necesario tener una increíble apariencia para que como frasco puedas ser comprado y utilizado para lo que crees que te crearon.
Pero cuando a empiezas a entender la forma en la que Dios trabaja, la forma en la que se mueve, en lo que hace con tu vida, en lo que provoca en tu corazón, te das cuenta que no hay nada escrito como tal, que tu proceso no será jamás igual al mío, que tu enemigos jamás serán los mismos que los míos, que tus pecados no serán iguales que los míos y que tu familia seguramente es otra, entonces como humanos esquematizamos el físico, la personalidad, el tono de voz, el olor, la ropa, tanto que olvidamos ver lo más importante lo que Dios ha hecho en él, o lo que Dios hará con él.

Como por ejemplo yo viéndome al espejo y queriendo forzar partes de mi a verse diferentes, al no creer que puedo ser bonita sin ser tan delgada, al no creer que puedo desbordar hermosura cuando hablo de lo que pienso, al no creer que amar es el mejor estado en el cual nos tenemos que mantener. Pero Papá jamás se queda con nada, él siempre habla de lo que no le agrada, de lo que quiere que cambiemos y hagamos mejor.

Hoy a mi me tocó entender que tengo que verme con sus ojos, que tengo que amarme con su corazón y tengo que hablarme con su boca, que probablemente siempre se repite esa batalla en el mismo sitio, y no porque no haya avanzado con él, sino porque el quiere que yo pueda ver algo más allá de lo que veo en mi y al abrir mis ojos conmigo, seguramente pueda empezar a ver a los demás de diferente forma.

Pero es un proceso, un maravilloso proceso que me permite conocerme, que me permite sentirme y saber realmente de que estoy hecha, un proceso sobre el cual aún sigo aprendiendo y se que tomada de Dios saldré victoriosa y lo veré a él glorificandose en mis debilidades.

Y para ti cual es el mismo sitio donde repites tu batalla? Ya conoces el lugar?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi Compañero de Aventuras

LA BIPOLARIDAD EN MI VIDA

ADIÓS NARAYANA