PARA VOS

 


 

Estuve mucho tiempo caminando en círculos, tratando de encontrar una luz para poder salir de esta oscuridad que me asfixiaba.

Pasaban los días y se hacían años, encerrada en esta celda indestructible; aprisionada con cadenas y candados.

 

Estaba segura que mi muerte sería muy pronto, me había rendido y ya no quería luchar más, después de tanto tiempo tratando de escapar, ni mi piel aguantaba un intento más.

Pero de pronto; mientras estaba ahogándome en gritos por última vez, vi una pequeña luz que se acercaba a mí, me rodeo la cabeza y entro en mi oído izquierdo.

Empecé a escuchar una voz que hablaba con mucha ternura, una voz que repetía una y otra vez mi nombre. Esta voz en mi cabeza cantaba una melodía y decía así:

-         No creo que sean tus últimas fuerzas, estoy segura que aún puedes sentarte; has dejado de creer en vos y no te has dado cuenta que todo el tiempo has tenido las llaves para salir de aquí.

Cuando escuche esta voz, pensé que estaba alucinando; pensé que realmente ya estaba agonizando, sin embargo quise escucharla y le pregunte:

-          ¿Por qué puedes ver esa llave?

Me contesto la voz muy amablemente y me dijo:

-          Porque yo he estado allí y he perdido también muchas veces mi llave, pero aprendí a encontrarla.

 

Tenía miedo de seguir escuchando esa voz y que el resultado no fuera mejor, que tal vez me podría hundir más y morir antes .

Y le pregunte:

-          ¿Porque quieres ayudarme?

 

Y me respondió con un tono lleno de amor:

-          ¿Por qué no ayudarte? Solo necesitas un empujón para poder abrir los ojos una vez más, creer en vos y salvar tu vida.

Estuve llorando por varios días, no entendía que pasaba y aún así la voz nunca se fue, estuvo allí conmigo, mostrándome todo lo que aún podía hacer, a pesar de que no podía ver lo que ella me decía, nunca se rindió, no me abandono y ella creyó por mí.

Después de varios meses así, pensando cual sería la hora de mi muerte, me di cuenta que realmente mi muerte no llegaba y que esa voz me animaba todos los días a intentar buscar la llave; decidí que no seguiría esperando mi último respiro, que al parecer había más horas, más días e incluso más meses para mí.

 

Eses día hable con esa voz y le dije:

-          ¿Aún puedo salir de aquí?

La voz me contesto:

-          Siempre has podido, solo es que quieras salir y saldrás.

 

Puse mis manos en el suelo, había lodo y piedras, como pude me senté y trate de abrir los ojos lo mas que podía. Así sentada me arrastre a un tronco que había allí, tenía un hueco adentro, recosté mi cabeza en el tronco y pensé:

-          Es imposible que la llave este en este tronco, sería muy ilógico haber pasado tanto tiempo sufriendo, llorando y gritando para que alguien me sacara de aquí.

Metí la mano en el agujero del tronco y precisamente, allí estaba la llave.

 

Llore, llore y llore, la llave siempre estuvo conmigo, tuve la solución siempre, pero nunca la vi.

 

 

 

 

Entre lagrimas y risas, me recordé de la voz y le dije:

-          Encontré llave, voy a salir de aquí. Gracias;  porque con solo escuchar tu voz todo este tiempo, volví a creer en mí. Gracias porque cuando yo no pude creer en mi tu lo hiciste por mí.

Y  la voz me dijo con mucha seguridad:

-          Sabía que lo ibas a lograr ahora solo tienes que aprender a cuidarla y saber cómo encontrarla si se te vuelve a perder

 

Estaba tan feliz y empecé a quitarme las cadenas una a una, me di cuenta que tenía lastimado pedazos de mi cuerpo, por haber pasado tantos años allí.

 

Vinieron pensamientos a mi mente, pensé que no iba a poder caminar de nuevo, que probablemente mis brazos y manos no tendrían la fuerza para poder regresar a mi casa.

Pero me detuvo la voz y me dijo:

-          Claro que si vas a poder, tenés que volver a empezar, imagínate que sos un bebé recién nacido, y juntas a volver a aprender a gatear, a comer, a caminar y hasta que podas correr. Pero necesitas tener paciencia, ser compasiva contigo y entender que estas lastimada, que dando el tiempo necesario vas a recuperarte y vas a lograr hacer todo y hasta más de lo que hacías antes.

 

Y lo hice así, me dolió, lloré, me frustre, pero nunca deje de intentarlo, hasta que un día volví a caminar y pude hacer lo que nunca había hecho.

 

Hoy solo quiero agradecer a esa voz que estuvo ese día para, que creyó en mí y sin duda alguna que salvo mi vida, quiero decirle a esa voz que en algún momento de mi vida quiero devolver ese favor que ella hizo por mí,  para poder ser ahora yo la voz de alguien más.

 

 

Por Nara Morales

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