La gran batalla
Fui madre de mi primer bebé a los 17 años, fue un bebé prematuro, sus primeros 9 días estuvo hospitalizado. Tuvo un espasmo respiratorio, pero él venía con unas ganas de vivir que esto no lo apartó de mi. Esta sería la primera batalla ganada, jamás nos detuvo a nada, lo superamos.
Su primer año fue el mejor año de mi vida, exactamente en el área como Madre.
Probablemente podrán pensar ¿que puede estar haciendo una niña con un bebé? Considero que para la edad que tenía fui una madre dedicada, amorosa y muy protectora.
Disfrute cada minuto de su respirar, aprendí a tener paciencia, aprendí amar de una forma que no tiene medida, aprendí que bien se siente que alguien te necesite tanto, conocí y recibí el amor mas puro que alguien me pudo haber dado.
Con tan solo 1 año, era el hombre de mi vida, era la luz de mi oscuridad, era mi refugio, era ese lugar donde podía estar y sentirme amada. Mi corazón se aceleraba con solo verlo, mis ojos cambiaban automáticamente de color, mi respirar se agitaba, mis oidos se sensibilizaban, todos mis sentidos estan disponibles 24/7 para él.
Creció tan sonriente, hermoso, con sus colochos tan dorados como el sol, sus ojos caramelo y su piel con un blanco tan limpio.
A sus 2 años y 7 meses tuvo a su hermana menor, la morena con los ojos mas lindos que he podido conocer.
Un día mi pequeño colocho amaneció con diarrea, rápidamente fuimos al doctor y tenía una infección estomacal, probablemente porque todo se lo lleva a la boca. Dos días eran los indicados para ver mejorar este cuadro de síntomas, sin embargo no fue así, empeoró. Matias no dejaba de vomitar, ya no queria caminar, ya no sonreia tanto, su color de piel habia cambiado a un transparente, el doctor le diagnostico anemia severa. Yo me preguntaba ¿anemia cómo? Jamás ha padecido de nada.
En mi corazón había mucha preocupación, pero tenía toda la fe, que mi hijo se iba a curar, sin saber que lo que venía era grande. Así que al pasar los días fue empeorando cada vez mas, nos internaron en el hospital para que lo transfundieran de sangre, para ese entonces ya tenía muchos moretes en el cuerpo, solo podia y queria estar acostado y aún no sabíamos que era lo que nos estaba estropeando nuestra felicidad.
A los tres días le hicieron un aspirado de médula ósea, con el que le diagnosticaron Leucemia ( cáncer en la sangre). Yo tenia 19 años, una hija de dos meses , un hijo con apenas 2 años y con cáncer.
Recuerdo que la que me lo dijo fue mi mamá, yo no podía creerlo, ¿porque le estaba pasando esto a mi bebé? ¿porque él y no yo? Es tan indefenso e inocente que no merece esto. Dios! mi vida y mi corazón estaban destrozados, sentí como literalmente explotaba algo dentro de mi, me hacia falta el aire, mi mente no podia procesarlo. ¿se va salvar? ¡Dios mio no quiero perder a mi hijo!.
Como podia tranquilizarme y entender que el amor de mi vida podia morir en cualquier momento, que le harian Quimioterapias para curarlo, pero que eso tambien podía matarlo, como le digo a mi corazón que todo va estar bien? Como entro a esa habitación? Donde él me esta esperando y sonreirle como si no pasará nada.
Todo esto paso en menos de dos minutos en mi cabeza, derrame dos lagrimas y entre. Lo abracé con todo el amor que tenía, lo bese como cuando me lo dieron la primera vez en el hospital, pero esta vez no lo sentia tan mío. Y le sonreí con toda mi alma quebrantada, con mis pensamientos nulos, con mi corazón en pedazos, con el nudo en el garganta más grande que he sentido en mi vida, mi saliva era tan espesa que no podia tragarla, mi respiración era tan fuerte, que sentía que todos la escuchaban, apenas si podia mantenerme de pie.
Ese día la pase increíble con él, pasamos un dia espectacular, lo hice reír, cantamos, jugamos carritos, le sobe sus piecitos y también su cabecita hasta que se quedará dormido. El jamás se va enterar que esta enfermo pensé, no puedo decirle a un bebé que su vida esta colgando de un hilo y que puede morir en cualquier momento. En este proceso conocimos una gran fundación, que nos abrió las puertas y nos dio TODO. Desde las quimios, hasta la comida para el gran Matias.
Estos primero días fueron los mas difíciles de mi vida, todos los días eran una tortura las inyecciones, las muestras de sangre, tomar pastillas obligado y mi hijo pegando de gritos diciendo "SOS MALA MAMÁ " "YA NO QUIERO, POR FAVOR" "ME DUELE"
Hubiera querido que nada de esto te pasara mi amor, sin duda hubiera querido ser yo la que este ocupando ese lugar.
Los primeros 15 días sólo podía ver como las quimioterapias estaban acabando con mi hijo, estaba tan delgado que su piel se le pegaba a sus huesos, la cabeza la tenía inflamada, ya no podia caminar, su mirada estaba tan triste y fria, también tenia una dieta muy estricta, realmente casi no comía, lloraba todo el tiempo, estaba mal humorado, sin embargo siempre tenía una sonrisa para mi, que era lo que me mantenía aún con vida.
Llego un momento que lo vi tan mal, que con todo el dolor de mi corazón le dije a Dios " Padre por favor no quiero ver a mi hijo sufrir, ya no lo quiero ver llorar más, no puedo verlo morir cada segundo que pasa, te lo pido con todo mi corazón llevatelo para que no sufra"
Realmente como madre me sentia tan desecha, me sentia tan impotente, pero no me importa cuanto me doliera a mi perderlo, ya no lo queria ver sufrir más.
Llego un momento de mi vida que deje de creer en Dios, ¿como podia existir un Dios que permitiera que un niño tan inocente sufriera tanto? Estaba enojada y molesta porque no entendía, ni encontraba ninguna razón para que esto estuviera pasando.
21 dias interno y nos dejaron llevarlo por primera vez a la casa, tenía tanto miedo de llevarlo conmigo, sentia que solo podia estar a salvo en el hospital, tantas medicinas, tantas indicaciones y prohibiciones de todo tipo. Matias empezó su proceso de recuperación, llegó a tomar 20 pastillas después de cada comida y se las tomaba creyendo que le daban super poderes, él con tan sólo tres años, yo le hacía creer que el hospital era un lugar donde sólo llegaban niños muy especiales, que era super héroes , que la medicina, inyecciones, sueros y todo lo que tomará era para darle super poderes. Como todo niño él era feliz de saber que cada pastilla representaba un poder nuevo para él, jamás supo que tenía cáncer, jamás lo tratamos como enfermo o como que no pudiera hacer algo, creamos en él, un niño muy independiente, con mucho autoestima, capaz de poder hacer lo que sea, a pesar de mal que se podía sentir, él amaba ir al hospital y ver a sus amigos. Durante el tratamiento sus reacciones variaban dependiendo la quimio que recibía, vomitos, fiebres, dolor de huesos, dolor estomacal, dolor de cabeza, hinchazon en el cuerpo, retención de líquidos, mal humor, mucha hambre, subió de peso, nada de hambre, bajo mucho de peso, fue un viaje en una montaña rusa muy largo, en el cual no sabíamos que nos esperaba. Después de 2 años y 6 meses de tratamiento, Gracias a Dios puedo decirte que Matias lucho con uñas y dientes, que jamás se dio por vencido.
Que se acostumbro a las pastillas, a las inyecciones, su vida era ir al hospital y como todo ser humano nos acostumbramos.
Realmente él desde que nació ha tenido una luz increíble, es mi esperanza, es mi prueba más grande de amor, es mi milagro de vida, es mi gran Matias.
Ahora ya tiene 9 años, son 4 años de haberse curado de leucemia, gano esta batalla como todo un gran guerrero. Es el niño mas amoroso, responsable, humilde y con el corazón más grande del universo. Todos los días de mi vida tiene algo que enseñarme, todos los dias de mi vida me hace sentir la mujer mas afortunada por tenerlo conmigo, todos los dias de mi vida le agradezco a Dios por curar a mi hijo, por prestarmelo más tiempo, le agradezco a Dios por darnos esta victoria y porque jamás nos abandono.
Para mi fue la prueba mas difícil de mi vida, pero puedo decirte hoy que la ganamos. Que definitivamente nuestros corazones se volvieron mas humanos, aprendimos que aunque todo este tan mal, siempre va haber algo bueno de todo esto, también entendimos que lo mas importante es el amor y Dios, que todo se logra con paciencia y mucha fe. Que sin duda tú familia es lo que mas tienes que abrazar y perdonar las veces que sean, porque son el amor mas sincero que encontraremos en la vida.
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