Tal vez sos vos

Quiero empezar con el día que se determinaron muchas cosas en mi vida. Como cualquiera me levante temprano ese día a trabajar, como siempre positiva. Ese día desayune un par de huevos estrellados y una rodaja de pan, no podía faltar mi vaso de agua. Arregle a mis hijos para dejarlos con la niñera y me fui.

Fue un día como cualquier otro, vendiendo como siempre, recuerdo muy bien que ese día tuvo como fecha 15 de marzo, recibiendo la quincena. Decidí comprar me un celular ese día, era un buen día porque siendo una madre soltera comprarse cosas trae una gran satisfacción.

Almorcé tan delicioso comí POLLO mi favorito con arroz y aguacate. Estaba muy contenta ese día ya que meses atrás me había rapado y lloré porque ya quería que me creciera el pelo, en ese momento tenia una amiga que trabajaba en un salón de belleza y me regaló una extensiones para el cabello.  Estaba enamorada de la vida y de lo bien que me trataba. Me sentía confiada, bonita, feliz y con muchas ganas de comerme el mundo.

Ese preciso día tenía que regresar a casa de mi mamá a devolver unas llaves, ya que me acababa de mudar. Así que decidí ese día no depositar el dinero de lo vendido como de costumbre, porque según yo me iba quitar tiempo entrar a un banco y no podría devolver esas llaves.

Me subí a un bus rumbo a la colonia donde vive mi madre, tengo que agregar esa colonia tiene una peculiar característica, esta rodeada de cañales de azúcar.

Puedo asegurarte que para mi había sido un día tan increíble que jamás hubiera pensado que con una decisión y falta de paciencia todo pudiera cambiar.

Regularmente son dos buses los que debo tomar para llegar justamente a la garita de la colonia de mi mamá y pues ese día estaba tan ansiosa por devolver esas llaves no tan importantes, así que decidí tomar otro bus que me dejaba a unos 300 metros de la garita, porque aparentemente tenía que esperar 20 minutos mas para irme en el que me dejaba en la garita.  Ya subida en el bus me encontré con un vecino y me sentí muy aliviada de no tener que caminar esos metros sola.

Así que llegue a mi parada, a esa gran piedra blanca nos bajamos el y yo, y atrás de nosotros un señor. Ibamos platicando y el me venia contando que toda la vida lo asaltaban, que por ese motivo había dejado de comprar celular, mientras caminabamos y reíamos dejamos de preocuparnos.
Así que derrepente salen tres hombres de los cañales, los tres con pasamontañas, machetes y rifles o escopetas no se muy bien.

En ese momento solo sentí como me jalaban del pelo y me tiraban adentro de los cañales con mi compañero de caminata. Nos revisaron todo así que nos quitaron todo, mi celular nuevo, mi sueldo completo, lo que llevaba del cierre de la tienda, mis extensiones de pelo y a el no le encontraron nada solo un celular tan sencillo que para ellos no valía la pena.

En ese momento solo podía pensar en que me hubiera gustado esperar esos 20 minutos más.  Así que cuando nos dejaron sin nada, nos levantaron a los dos y uno de ellos me dijo "si queres vivir tenes que hacer lo que nosotros querramos" , desde ese momento supe que no solo querían nuestras cosas. Caminamos con ellos casi arrastras, con el machete en el cuello y la escopeta en la espalda, ellos corrían tan rápido que mis pies se doblaban por llevar tacones y cada vez que se me doblaban me agarraba mas fuerte, así que decidí como pude sacudirme los tacones y dejarlos tirados.  Ya descalza empecé a ver como nos dirigían a una parte de donde las cañas son tan grandes que se curvan, como haciendo una cueva.

Llegamos a ese lugar en medio de las cañas y empezaron a golpear a mi vecino por no traer nada, le hicieron quitarse los zapatos, el cincho con el que le amarraron los brazos en la espalda y lo dejaron boca abajo. Uno de ellos se acerco a mi y me tiro al suelo yo caí de rodillas, me arranco el pantalón, así que el empezó abusar de mi, se acerco otro y se puso del lado de mi cara, metiendo su miembro en mi boca.  El tercero estaba apuntado con la escopeta a mi vecino.

Que te puedo decir, no sentía nada en ese momento, fue como algo tan irreal, mi mente y mi alma ya no estaban con mi cuerpo. No podía pensar en lo que pasaba, no entendía que era ese momento para mi.
Mis odios estaban sordos, mi piel se volvia hielo, mi corazón había dejado de latir, y solo podía pensar en mi hijos, lo único que pasaba por mi mente en ese momento fue Quien va llevar a mi hijo a sus quimioterapias? Mi hija esta tan pequeña no se va acordar de mi cuando crezca? DIOS MIO QUIERO QUE TERMINE Y PODER REGRESAR A SUS BRAZOS, PERMÍTEME SALIR CON VIDA PARA REGRESAR.

Mientras esto pasaba, termino el primero, así que el que tenía en mi cara, me acostó viendo para el cielo, era su turno.  Y yo siempre he estado enamorada de la luna, así que en ese momento viendo al cielo la empecé a buscar y esa noche hasta la luna me había abandonado. Esa noche lo único que me acompañaba eran la sombras de las cañas y una estrella en el cielo que titilaba.
Terminado el segundo, era turno del tercero. Mientras esto seguía ellos eran espectadores, con risas e insultos hacia mi.

Cuando todo esto termino, uno de ellos me dijo los vamos a dejar que se vayan, pero tienen que esperar unos 30 minutos para que ya no estemos aquí.
Así que ellos se empezaron alejar y yo me senté rápidamente para ponerme mi pantalón, luego me acerque a mi vecino para desamarrarlo y poder correr. Mi vecino no podía verme a la cara, y me pedía perdón porque no había podido hacer nada. El me abrazaba y yo solo le decía corramos ya, no quiero esperar ni un minuto más.  El me decía que esperaramos más que podían estar cerca y dispararnos.

Yo solo recuerdo que le dije si vos te queres quedar quedate, yo no voy a esperar nada y empecé a correr. El rápidamente me siguióy me tomó de la mano, como pude corrí tan rápido, que no sentí ninguna piedra en mis pies. Llegamos a la carretera y el quería pedir jalón, a mi lo único que me importaba era llegar a mi casa. Seguí corriendo y volví a pasar la gran piedra blanca hasta llegar a la garita.

Para mi ese día se acabaron muchas cosas, me odiaba, quería morir, todos los días le pedía a Dios que me matará, que me ayudará a dejar de existir porque para mi la vida no tenía sentido, me perdí en las drogas, era mi mejor refugio para poder olvidar todo lo que sentía. Que ya no quería tener a mis hijos conmigo porque me sentía la peor madre, la peor hermana, la peor hija, la peor mujer. Para mi yo había dejado algo perdido en esos cañales, estaba mas vacía que nunca.
Muchas veces me preguntaba porque yo? Soy tan mala que necesito vivir esto? Porque no me dejaste morir esa noche?
Pero comprendí que todo lo que nos sucede viene con un gran propósito para nuestras vidas. Hoy mas que nunca anhelo poder ayudar a todas las mujeres o niños que han pasado esta situación, quiero decirles que no me avergüenza ser haber sido una víctima de violación, porque no me consideró víctima, sino una gran mujer y una gran sobreviviente.

Hoy puedo decirte que Dios salvo mi vida, que escucho mi oración aquella noche, que el fue el único que pudo sacarme de esos cañales.

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Jeremías 29:11