El personaje

¿Qué será lo que tengo?
Desperté una mañana sintiendo un vacío en el corazón,  tenía una presión en el pecho, algo que no me dejaba respirar, no tenía energía, mucho sueño todo el tiempo, perdí el interés de hablar con la gente y con mi familia.
Fue como que viviera dentro de mi un personaje que no dejaba que yo avanzara, me ponía pensamientos negativos y de muerte, sostenía todos los días mis miedos, hizo un archivo de mis malos momentos, recordándomelos a cada hora del día para hacerme sentir más miserable, lo peor fue cuando tomo control de mis ojos, porque empecé a verme de la forma más desagradable, jamás odie nadie, solamente a mi.

Este sujeto me sofocaba todo el tiempo, me hacía estar desconectada con la realidad y me mantenía en un mundo donde sólo el dolor podía alimentarme.
Él llenaba mi cabeza de notas recordándome todo lo que había fallado, lo fracasada, lo fea y lo perdedora que era. Sin darme cuenta empecé a vivir para él y yo deje de existir, morí y él empezó a vivir por mi.
Tomo el control de todo, reprimió todos mis sentimientos y los guardo en un cofre, me encerró en una cueva que hizo en mi cerebro, para dejarme morir y lograr su cometido.

Una noche en esa prisión, me di cuenta que las cadenas que me ataban no tenían candados, que estuve años allí sin saber que podía salir, salí de ese lugar con miedo esperando que fuera una trampa, pero resultó que no había nada, que sólo tenía que haber tomado la decisión de ser libre y hacerlo.
Encontré el cofre donde estaba todo, lo abrí y empecé a dejar salir cada uno de mis sentimientos, con lágrimas en los ojos y llena de euforia los abrace porque pase años sin poder sentir, me subí al tren que me llevo rumbo al sótano de mis miedos, les hablé y entendí que estaba bien sentir miedo, que no podía evitarlos, los conocí tan bien, que después podía verlos sin correr. Tomé un autobús que me llevo directo a mis ojos, cuando hable con ellos me di cuenta que había sido yo la única que había hecho todo esto, que no fue alguien más, que sólo había dejado que se apoderara de mi mis malos momentos, que tenía puesta una película frente a ellos, donde era otra mujer la que veían. Que había una radio en mi cabeza con sintonía al inframundo, donde sólo tuve que cambiar de canal para escuchar lo que quería.

Después de que cambie el canal de la radio, apague la película, vi la realidad y abrace mis sentimientos, pude verme realmente, tan hermosa, tan real, tan verdadera, tan decida a luchar y tan capaz de hacer lo que sea.
Siempre fui yo, solo era tomar la decisión, aceptar, abrazar, soltar y prepararme para decir si a todo eso increíble que me estaba esperando en la esquina de mi casa.

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